
18 de Julio de 2025
La isla ha obtenido el reconocimiento gracias a sus sistemas de cultivo tradicionales en tierra volcánica
- La isla ha obtenido el reconocimiento gracias a sus sistemas de cultivo tradicionales en tierra volcánica
- Las condiciones climáticas extremas del territorio y los suelos áridos han forjado una agricultura singular y adaptada
- El cultivo sobre ceniza volcánica, arenas organógenas y picón volcánico ha convertido a 3 zonas de la isla en referentes agrícolas
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha otorgado a Lanzarote el título de Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM), posicionándola como la primera isla europea en formar parte de esta red internacional que destaca modelos agrícolas tradicionales y resilientes, capaces de obtener las técnicas y herramientas necesarias del propio medio natural.
El sistema agrícola de Lanzarote ha sido reconocido por su originalidad, eficiencia y sostenibilidad en un contexto climático adverso. La distinción otorgada a la isla como SIPAM por parte de la FAO valora especialmente 3 agrosistemas tradicionales presentes en la isla:
La Geria: un paisaje emblemático donde las vides crecen en hoyos cavados sobre ceniza volcánica, protegidas por muros de piedra semicirculares llamados zocos, que amortiguan el viento y conservan la humedad.
El Jable: una zona de cultivos sobre arenas organógenas –formadas por restos de organismos vivos- transportadas por el viento, donde se siembran cebollas, batatas y cereales en un entorno dinámico y frágil.
Los enarenados del norte:son las técnicas agrícolas que aprovechan capas de picón volcánico (lapilli) para atrapar el rocío y conservar el agua en suelos secos.
Estos métodos de cultivo han permitido durante siglos:
Producir alimentos sin riego, en una región que recibe menos de 150 mm de lluvia al año.
Conservar variedades autóctonas de cultivos como la vid Malvasía Volcánica, higos, legumbres y cereales.
Integrar la flora nativa en los márgenes agrícolas, favoreciendo la biodiversidad.
Transmitir los conocimientos locales de forma oral y práctica, manteniendo la identidad agrícola de la isla.
Además de su valor productivo, la agricultura en Lanzarote desempeña un papel clave en el ámbito cultural, económico y ambiental. Contribuye a la seguridad alimentaria rural y al mantenimiento de cultivos adaptados a las condiciones climáticas locales, impulsa el turismo sostenible a través del agroturismo y de productos de valor añadido como el vino y refuerza la identidad paisajística y cultural de la isla, enmarcada en políticas de protección y reconocimientos internacionales como la Reserva de la Biosfera y el Geoparque de la UNESCO.
Otros SIPAM en España
Con la incorporación de Lanzarote en 2025, España cuenta ya con 6 territorios reconocidos como Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial, cada uno con una historia y práctica agrícola singular:
Valle Salado de Añana (Álava)(2017):una producción de sal mediante un sistema hidráulico ancestral basado en manantiales salinos y canales de madera.
La Axarquía (Málaga) (2017): es la práctica agrícola situada en laderas empinadas donde se elabora tradicionalmente uva pasa con métodos manuales y sostenibles.
Territorio del Sénia (Castellón-Tarragona) (2018): se trata de la mayor concentración mundial de olivos milenarios, cultivados mediante técnicas heredadas.
La Huerta de Valencia (2019): un sistema histórico de regadío islámico que permite el cultivo diversificado en una zona costera densa y seca.
Montañas de León (2019): que poseen un modelo agrosilvopastoril que integra bosques, pastos y cultivos, preservando la diversidad ecológica y cultural.
Gracias a ellos, España se convierte en el tercer país del mundo con más sistemas reconocidos, tan solo detrás de China y Japón, consolidando así su compromiso con la preservación de prácticas agrícolas que no solo sustentan medios de vida rurales, sino que también protegen paisajes singulares y saberes ancestrales en armonía con la naturaleza.
El programa SIPAM fue lanzado por la FAO en 2002 con el objetivo de identificar y proteger sistemas agrícolas únicos que combinan biodiversidad, conocimientos tradicionales, cultura local y sostenibilidad ambiental. Desde su creación, se han designado 95 sistemas en 28 países, reconociendo paisajes vivos que han evolucionado durante siglos gracias a la interacción respetuosa entre comunidades rurales y su entorno. Estos sistemas se consideran hoy ejemplos clave frente a desafíos como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la seguridad alimentaria.